Desde hace tres años la pérdida de interés del consumidor europeo en el panga vietnamita forma parte de la tónica general de nuestro sector. Sin embargo, lejos de quedarse con los brazos cruzados y conscientes del alto grado de sensibilidad del consumidor europeo en lo que se refiere a cuestiones de sostenibilidad, los productores vietnamitas han confiado su imagen de marca al sello otorgado por el Aquaculture Stewardship Council (ASC), órgano homólogo del MSC para especies acuícolas. De hecho, hace ya dos años que se otorgó la primera certificación al productor Vinh Hoan y a día de hoy ya son 45 los centros productores de bagre vietnamita que cuentan con este sello.

Vietnam confía en que ofreciendo calidad, recuperará el mercado europeo y probablemente no vaya desencaminado, pues las cadenas de distribución en el Reino Unido, Holanda y Alemania están presentando una alta demanda de panga ASC. Las empresas vietnamitas que han invertido su tiempo, y sobre todo recursos, en este sello tienen que estar satisfechos, pues el interés en este producto no se está limitando al mercado común, los supermercados surcoreanos también han hecho un hueco en sus estanterías y hace pocos días el panga certificado hizo su puesta de largo en Japón de la mano del minorista AON.